AMÁNDONOS
Te miro en el silencio que en nuestra alcoba habita
Y siento que en mi cuerpo recorre la pasión;
Y al devorar mis ojos tu mirada exquisita,
Presiento que ya es tuyo mi tierno corazón.
Me miras y al instante mi corazón palpita,
Dejando entre tus brazos el tiempo y la razón,
Gozando de las mieles a que tu amor me invita,
Poco a poco me entrego con ansia y efusión.
Y acogida en tus brazos que protegen mi vida,
Voy surcando los mares de dulzura y amor.
Y aferrada a tus ojos te miro enternecida
Y en mi cuerpo yo siento de tu cuerpo el calor.
Y a tus besos me entrego, cual la bella dormida
Que a su príncipe premia con ardiente fervor.
Cecilia Rico de Viamont
Cochabamba, 21 de agosto de 2009
Y siento que en mi cuerpo recorre la pasión;
Y al devorar mis ojos tu mirada exquisita,
Presiento que ya es tuyo mi tierno corazón.
Me miras y al instante mi corazón palpita,
Dejando entre tus brazos el tiempo y la razón,
Gozando de las mieles a que tu amor me invita,
Poco a poco me entrego con ansia y efusión.
Y acogida en tus brazos que protegen mi vida,
Voy surcando los mares de dulzura y amor.
Y aferrada a tus ojos te miro enternecida
Y en mi cuerpo yo siento de tu cuerpo el calor.
Y a tus besos me entrego, cual la bella dormida
Que a su príncipe premia con ardiente fervor.
Cecilia Rico de Viamont
Cochabamba, 21 de agosto de 2009