Una cree que el loco viento,
empuja con alboroto el remoto sueño,
toma impulso y entre bienes perdidos y ausentes,
alienta a vivir de cara al sol que se levanta.
Una cree que la silla vacía,
que aguarda sola en el borde de mi mesa,
es la brillante carátula de un teatro,
que en la vida el hombre vive y representa.
Una cree que la distancia,
se vuelve llena de impaciencias y encrucijadas,
el pensamiento en el acto se ha perdido,
y se flota en el óceano mientras queda un latido.
Una cree que la vertiente oculta,
de incontables días y mares encendidos,
el rumor inmenso del mundo ha sido destruído,
pero, he aquí la alfombra alunada,
que altiva cumple con la parábola,
su arco vital, su curva de levante.
Una cree que a través del silencio,
acude a tu cuenca en fragancias, en colores,
pero ha de volver a tu destino,
en la abstracción fastuosa del desvelo.
Una cree que el amor,
renace con destino a amarra,
cuando tu voz se reviste de tonos serenos,
se desvanece al aire la duda vertiginosa,
y en la añoranza eres mi playa de pura jactancia.
Una cree que se arranca el hechizo,
símbolo del ensueño de tu mirada,
me convenzo de la realidad de tu alimento,
alargo mis pensamientos que cruzan diagonales,
y los oigo gravitar sobre oscuros abrojales
Una cree que bulle el incienso de los latidos,
en el súbito rocío de tu boca,
sostengo una alborotada ráfaga,
que confía el amor de las orillas,
y como en una práctica ritual,
clamo por tu regreso, cara al cielo
como una roca desnuda que cambia y crece.
BRISEIS