No entiendo porque hay tantas cosas que no entiendo,
Porque el suspiro se hace difícil y la agonía cruel,
Si amarte así es pecado,
En pecado he de morir,
Sintiendo tus versos y tus pasos tras de mí,
Sabiendo que te quiero en la sencillez,
Muriendo de a poco atascado en tu piel,
Y en noches de luna cuando entraban por la venta,
Plateando tus senos y tus ojos también,
Ahí caí derrotado sollozo y estremecido en tus ansias de mujer,
No niegues por más que duela la existencia del querer,
Recuerda nuestros recuerdos y enciéndete otra vez,
No dejes que muera el anhelo,
No dejes que muera otra vez,
Si fuimos una pena acollarada, pero linda a la vez,
Y si supimos que la noche fue nuestro secreto,
Donde nos cobijo alguna vez, allá a escondidas,
En el cuarto aquella vez,
Ahí donde sucumbió el beso,
Y se agoto el gemido hasta el hartazgo del placer,
Embelesa nuevamente tus sentidos,
Y dime que me amas como la primera vez…
Ángel negro