Conduzco acelerando la marcha,
Lejos del mundanal ruido,
Las estrellas me guían,
Me alejo más de tu encierro.
La llanura agreste y el sendero silente,
Queman cauchos feroces,
Con destino incierto.
Fondo matiz de inmensidad,
Rutas transitas de almas esquivas,
Combustible a fuerza de corazón,
Alambrados de punta apunta,
Cubren los llanos ensordecedores,
De silencios.
Cambio de marcha y no descanso,
Cardos insolentes, letreros huecos.
Cenizas de cigarrillos,
Casonas desabitadas,
Alejadas unas de otras,
Como por una distancia rota.
Soledad sin fulgores,
Esqueletos de recuerdos que fueron.
Y llego al final del camino cerrado,
Lacerado de vicisitudes,
Pero aun busco ese pedazo de cielo,
Lejos del mundanal ruido,
Alejado de tu encierro.