y hace cual con el fuego hace natura,
aunque violencia mil veces lo tuerza.”
Canto IV
Cielo I
Espíritus Débiles
Dante Alighieri
Poema
Exhala, susurra, resopla, y se calma...
Sopla Eolo en las entrañas del rescoldo,
inflamándose la llama moribunda,
y bufa Eolo la lumbre enardecida,
fingiendo él, para aplacar su propia ira.
Y curva entonces la flama temerosa,
el dúctil soma, por céfiro azotada,
y adherida ella: del éter, de la nada,
clemencia pide, por alumbrar la vida.
Pero cansado del castigo ofrecido,
cambia rumbo, para hallar otro camino;
y el fuego en silente ardor, con vida aún,
y sin rencor, y agradecido; se erecta...
mostrando entonces su escuálida figura.
En sus entrañas se siente una tristeza;
un frío extraño de su alma se apodera.
¿Qué será de mí, si Eolo no volviera?
Sabes, cuánta falta me hacen sus caricias,
aquellas que me hinchan y que castigan;
que me apagan, que asesinan, que dan vida…
¡Vedme, izada estoy! Flaméame otra vez,
no insistas en cenizas; ¡Ya!, Esa murió...
Guillermo Cano