
Como podré yo olvidar
el día de mi boda...
que estuvo, fenomenal.
Bueno en realidad...
fue una total pesadilla,
era algo fantasmal.
Me levanté tempranito
y a la pelu yo me fui,
para darme toquecitos...
ya sabes son los claritos,
esos que te ponen rubia
y se usan por ahí.
La peluquera nerviosa
los pelitos me onduló
pero se le fue la mano...
¡no saben como me quedó!
cuando me vi en el espejo...
¡casi me desmayo yo!
Llorando corrí hasta mi casa
y sudando yo llegué,
me duché muy rapidito
y en mi vestido me enfrasqué.
Y mientras más me miraba
en el espejo infernal
mi amiga me maquillaba,
sin yo dejar de llorar.
Corriéndose estaba el rimel
y yo que no me acordé,
secándome así las lágrimas
¡de negro el vestido manché!
lo lavaron apuradas,
yo... ¡casi me desmayé!
Llegó el auto a buscarme
para llevarme a la "chapel"
dicen que el novio estaba tan nervioso ...
¡que se veía más flaco!
Subí al auto con mucha prisa...
muy apurados llegamos,
me bajé del carromato
y alguien me da un empujón,
que suerte la mía al bajar...
¡zas! se me rompe el tacón.
Y así rengueando llegué
hasta donde estaba el novio,
que se reía a carcajadas
¡al verme tan desparpajada!
Cuando la famosa pregunta nos hicieron
yo, en el limbo estaba.
Y de tanto lloriquear
los lences se me resbalaban.
¡¡Si!! fue la boda del siglo.
Sin duda la más animada,
ya que las risas se oyeron
¡como a más de veinte cuadras!
Sin duda será la boda...
por nadie nunca olvidada,
y gracias a los momentos Kodak...
¡mi vida estará siempre marcada!
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