Un manantial dormido en tu iteración sorda
ulula en claustros cínicos y calles sin salida
como diástole en cálices, cúpula y sursuncorda
de misales agónicos, diáspora apolonida
en el verso estrambótico que arrojo por la borda
como áncora impune, vestigio acaricida
so la plenaria alfombra azulada y vilorda
donde se salifica el coral y la vida.
Ondas que desdibujan mi reflejo más hondo,
una cara que prófuga y densa se despeña
como un monstruo hacia el légamo en busca de escamondo,
una lengua de espuma, lengua tersa y roqueña,
campanillas, clepsidras, cante tórrido y jondo
del abismo que nace con la boca pequeña.