Cual barrilete loco que tensa los hilos
del atinado puño que los mueve;
como cometa en las alturas que roza
las nubes y se dispersa con el viento,
atribulado.
me perderé, ya roto, entre graznidos
de flamencos en una cresta de almidón,
herido fuertemente
en mi costado, sin ánimo de ser más.
Pero mientras la quimera me alumbre
por la tarde,
en un etéreo cuadro frente al mar
tras un regocijo de colores
y me regale su alfombrado manto
surfearé sobre las olas.
No tendré, quizás, el arpegio de la voz
de mi amada,
pero naufragaré hacia un nuevo destino
donde el sol y el viento
acariciarán mi espalda
y tal vez, encuentre al fin
de mi vida, lo que persigo.
Y si bien, ya no tendré más huesos
entenderé que mi andamiaje
colapsó entre las rocas...
Pero mi alma de barrilete loco
aún surfeará entre las nubes,
inventando mil cabriolas.
del atinado puño que los mueve;
como cometa en las alturas que roza
las nubes y se dispersa con el viento,
atribulado.
me perderé, ya roto, entre graznidos
de flamencos en una cresta de almidón,
herido fuertemente
en mi costado, sin ánimo de ser más.
Pero mientras la quimera me alumbre
por la tarde,
en un etéreo cuadro frente al mar
tras un regocijo de colores
y me regale su alfombrado manto
surfearé sobre las olas.
No tendré, quizás, el arpegio de la voz
de mi amada,
pero naufragaré hacia un nuevo destino
donde el sol y el viento
acariciarán mi espalda
y tal vez, encuentre al fin
de mi vida, lo que persigo.
Y si bien, ya no tendré más huesos
entenderé que mi andamiaje
colapsó entre las rocas...
Pero mi alma de barrilete loco
aún surfeará entre las nubes,
inventando mil cabriolas.