donde la luna me espíe
y fácilmente confíe
en que algún dia yo la quiera.
Está confundida y queda
sonriente allá en su altura,
ignora que su hermosura
me resbala como seda.
Tu recuerdo de una noche
donde tú no hiciste nada
y te quedaste callada
sin lanzarle ni un reproche.
Y se apagaron mis ojos
mirando tu fría luz,
pues mirarte es mi gran cruz
y es por esto mis enojos.
ANA M. RUIZ
7-DICIEMBRE-2011