Este número que ciñe una etapa
y me anuncia al oído ten cuidado,
ya no eres aquel joven descuidado
que soñaba con cada amanecer.
Ahora con la cara alborozada
de saber que no puedo darme el lujo,
pensar tantas cosas en la almohada
sino escoger un solo rumbo estrujo.
Ya no es tiempo de amargos caramelos
sin el matutino espacio asertivo,
hay que amar los minutos y las horas
y no escape ningún tiempo festivo.
Y no es quejarme y hacer alboroto
agradezco la experiencia ensañada,
sin ella mi vida sería vana
sin ella mi semblanza es demasiada.
XAVIER QUIROZ
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