Te confundiste de puerta
si a la mía tu llamaste,
esta vez te equivocaste
porque no la dejo abierta.
En engaños soy experta,
vete por donde viniste
donde encuentres el alpiste
para tu noche de amor.
Quédate con su sabor
que mi alegría no es triste,
Queta ponles tu la sal
a las décimas flotantes,
dáles tus bellos instantes,
mete caña a Madrigal
que tu eres fenomenal
porque tienes mucha escuela,
métele hondo la espuela
sabes bien que él es muy tuno
No le des respiro alguno
porque despliega su vela...
Estherluscinda
Al llamado llego presta
como todo un mosquetero
a guapear a este arquero
que te tiene tan molesta.
Mete goles como Iniesta,
pero se nota que te ama,
eres su musa y su dama
la que al no darle pelota,
ve escaparse a su gaviota
pero él sigue en la trama.
Es valiente enamorado,
persevera en el empeño.
¡Qué terco este madrileño!
nunca se queda callado.
Tú lo dejas abollado
con tu tanta displicencia
¿No será sólo apariencia?
Porque con tanto insistir
puede llegar a morir,
me remuerde la conciencia.
Queta
Esther que le pide caña
y que le entierre la espuela,
por temor a que le duela
Queta suaviza la saña,
pero a mi ya no me engaña
su piel de cordero manso,
aunque merece un descanso
para aguantar los palazos
o ver como esquiva hachazos...
¿ ya le hace falta un remanso?
Safo
Hay un símbolo en España
que habla de empeño y bravura;
y un mito que la locura
lleva en su alma y en su entraña.
Bravura que a nadie engaña,
que lleva siempre consigo
el que es bravo, y es testigo
quien le ve herir en la plaza.
El toro que tiene raza
y se crece en el castigo.
Y un mito de la locura:
aquel caballero andante
que siempre recogió el guante
y nunca tuvo mesura.
Nunca dejó una factura
sin pagar y sin cobrar
No paraba en calcular
si cobrarla merecía.
Pagarla, en cambio, sabía
que siempre se ha de pagar.
A estos ejemplos me ciño
si de algo el ejemplo vale;
que en vuestra mente se instale
que a mí me vence el cariño.
Yo no hago faenas de aliño,
si me citan, entro al trapo
me llevaré algún sopapo
más dejo a salvo mi orgullo;
ni una venganza mascullo,
ni me voy hecho un guiñapo.
Y si en desigual combate
me vencen porque son más,
yo diré, mirando atrás
como el caballero orate:
me han vencido en este embate,
mas yo bien lo he peleado
y si ellas me han derrotado
no ha estado en mi brazo el fallo
la culpa está en que el caballo
tropezó en el empedrado.
Madrigal
Disculpen que me entremeta
en este juego amoroso,
ya que he leído con gozo
sus décimas de poeta,
conque a Madrigal se reta
para amores compartidos,
que resultan divertidos
y son de risa total,
por ese berenjenal
en el que se hallan metidos.
vimario
Un paladín ha llegado,
espero con armadura,
aquí está la lucha dura,
largo rato ha cabalgado,
ruego que esté preparado.
Ya no se podrá quejar
nuestro valiente juglar,
llegó a darle reemplazo,
tengo preparado el mazo
si nos viene a conquistar.
Queta