sordo caminar, andando,
ronco del amor que chilla
al propio amor voy llamando.
De la llama y del cuchillo,
entrañas voy derramando;
solo por ir, solo voy,
por tu amor, arrodillado.
Clamor de ciego, tan ciego,
que no veo mi propio llanto,
y si de dolor no muero,
la pena me irá matando.