FELIZ NAVIDAD
Qué fácil, pero qué fácil es pronunciar un "Feliz Navidad", ¿verdad?. Solemos decirlo tantas veces como nos es posible cuando nos asomamos a nuestros contactos de correo electrónico, o de WhatSapp, o de Skype, o de cualquier otro sitio de las redes sociales que frecuentamos utilizar, incluso... Felicitamos a quienes tenemos incluidos en la lista, pero que ya tenemos algún tiempo que ni siquiera saludamos o ni siquiera nos saludan, pero es muy sencillo dejar un mensajito general por cortesía o por curiosidad aunque sea para ver si nos responden.
Y en la vida real, ¿Cuántas veces repetimos ese "feliz navidad" que suena tan hermoso cuando lo decimos con absoluta sinceridad?. Porque fijémonos que no todo mundo lo repite con el corazón, sino de los dientes para fuera, como si fuera una obligación, un compromiso, o simplemente algo que obligadamente tenemos que decir. Pero decirlo con el alma, con el corazón, con los deseos a flor de piel y con el mejor anhelo de compartir un festejo tan especial con nuestros seres queridos, es algo único, hermoso y muy profundo, muy íntimo.
¿Cuántas familias incluso se reúnen en navidad para cenar juntas y ni siquiera se acuerdan qué es lo que en verdad se está festejando?, Se empacan de bocadillos, de alcoholitos, de buñuelos, de dátiles, membrillo, colación, higos y confituras, cacahuates y mandarinas... etc. y todavía esperan sentarse a la mesa cuando se reparte el exquisito pavo navideño, los romeritos, el bacalao, o si no hay más, pues aunque sea el plato de frijolitos recién salidos de la olla con las tortillas calientitas, recién salidas del comal... Pero ¿Y el invitado especial?, ¿Se nos ha olvidado abrir las puertas de nuestro hogar para recibirlo?. ¡Sería el colmo!
A todos nos gusta y nos rete-gusta ser felicitados en navidad ¿cierto?, sentimos que el corazón late fuerte dentro del pecho cuando recibimos un detallito, un regalito, una llamada telefónica, un mensajito de whatsap o cualquier otro presente o incluso una visita muy grata que era inesperada. Todos somos amantes de abrazo, del cariño, del apapacho, de esa bellísima demostración afectiva que tanto nos levanta el ánimo y la auto estima y que hasta nos cambia la perspectiva, nos volvemos amables, bonachones, acomedidos, considerados, etc. ¿Porqué?, pues porque es navidad y todos queremos estar felices. ¡¡PERO NUESTRO INVITADO ESPECIAL TAMBIEN!!
¿Y Quien es ese invitado tan especial?... ¡El Niño Jesús!
Si vamos a decir "feliz navidad", que sea primero a ÉL, y que el mejor regalo sea recordar que nació en esta fecha tan linda que es tan esperada todo el año, que sea un pedacito de tiempo que nos nutra en todo sentido, una noche especial para alguien especial, DIOS, y que esa alegría y bendición que llega a nuestro hogar esta noche del natalicio bendito de nuestro Señor, sea el remanso de paz que necesitan nuestros corazones. Que sea la fuerza que levanta, la salud que fortifica, la luz que vivifica y la fe que lo mueve todo en el corazón.
Digamos pues con toda el alma: ¡¡FELIZ NAVIDAD!!, ¡PORQUE HA NACIDO EL SALVADOR!
Autor: Doral.
(Derechos Reservados)
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