que todo lo pone en su balanza
dejando un mensaje de fe y esperanza.
De voz en voz se ganan las almas
se estremecen las carnes
alegran corazones
purificando el cuerpo
caen las lágrimas.
Ahora el canto de los días
han sembrado amor y armonía
y la carne del hombre
vive, siente a Dios en su vida
tiene su espíritu sano
y unos labios limpios.