Poema=
¿Qué tan cerca de Dios está su corazón?
Señor: enséñeme que puedo soñar, pero con la mente despierta y con los pies en la tierra. Necesito valor para entender que mis angustias no son las más graves del mundo; y que por más duras que sean mis pruebas, jamás me debo anclar en la bahía de la tristeza.
El corazón de cada uno es un mundo aparte. Sin embargo, sólo con él nos ponemos de acuerdo con los demás. ¿No lo ha notado?
Analice que por la vía de las palabras y de la razón logramos comunicarnos; pero por la vía del corazón, así hablemos idiomas distintos, siempre nos vamos a entender.
El corazón es una manera de decir ‘sí’ a cosas que ningún discurso o estudio científico logra precisar.
El ejemplo de las personas que se gritan cuando están enojadas nos sirve para entender cómo funciona este asunto del corazón.
Veamos: ¿Por qué gritar a una persona, sobre todo si se está al lado de ella?
Lo que sucede es que cuando dos personas están enojadas, sus corazones están distanciados. Y para cubrir esa ‘lejanía’ y escuchar, de manera literal, se tienen que gritar.
No pasa lo mismo con el amor. Un hombre que ama de verdad no le habla duro a su pareja; todo lo contrario, lo hace de una manera suave. Casi que se expresa a punta de susurros.
¿Por qué?
Porque su corazón y el de su novia están más cerca que nunca.
Por eso, cuando discutimos no debemos dejar que nuestros corazones se alejen.
No podemos pronunciar palabras que nos distancien más de nuestros papás, nuestros hijos, nuestras esposas, nuestros amigos.
Mejor aún: no distanciemos nuestro corazón de Dios, porque sin Él nos acostumbramos a gritar, hasta por la más simple bobada.
Todo lo contrario, dejémonos seducir por Él. No alcanza a imaginar los milagros que le llegarán a su vida. TESTIMONIO
¿Quiere acercarse a Él? pues ¡... ore!
Muchos consideran que Dios sólo existe en la fantasía de los creyentes, sobre todo en las mentes de los fanáticos religiosos. Sin embargo, a cada rato escuchamos testimonios reales de la maravilla de milagros que logramos cada vez que nos acercamos a Él.
Tal vez la más reciente manifestación pública que se hizo sobre la cercanía de Dios, la pronunció la recién liberada Íngrid Betancourt, tras la operación ‘Jaque’. No hay una sola entrevista donde ella no hable del Creador. Incluso ha contado del poder de la oración y explica cómo esas frases elevadas al cielo tienen más eco que cualquier publicidad.
Es cierto: testimonios de la presencia de Dios hay muchos, todos los días. Pero nada como el concepto que emitió un reconocido médico colombiano, quien aún hoy se califica como un ‘ateo de principio a fin’.
Él aseguró hace 15 años que hizo un gran descubrimiento en relación con las actividades del cerebro humano y del corazón. Precisó que había comprobado que “… el cerebro y el corazón de las personas, son semejantes a una estación de radio”.
¿Cómo descubrió aquello?
Así respondió: “Traté de detectar la extensión de la onda y la encontré, tomando como ejemplos el cerebro humano y el corazón. Lo que más admiración me causó fue haber encontrado en toda la escala de las ondas medidas, los trazos capilares de los dedos”.
“Luego hice el ejercicio con una persona agonizante. Era una mujer creyente y sin que ella supiese instalé en la habitación contigua los objetos necesarios para mi experiencia y esperé que el fin se aproximase”.
“Cuando llegaba el fin de esta mujer moribunda, ella con las manos entrecruzadas pedía misericordia por los pecados al Altísimo”.
“Cuando volví a ver la escala del aparato medidor, registraba 500 grados positivos del lado derecho e incluso el instrumental fue demasiado débil para medir toda su fuerza”.
¿Un médico profesional podría medir la fuerza de una oración?
Tal vez no, responderán muchos.
¿Será que Dios puede leer los pensamientos?
Los únicos que dicen que sí, son los creyentes.
Aún así, el médico de esta historia sigue siendo ateo. Sólo que ahora cree que los buenos pensamientos, atados al corazón, dan resultado.
A nuestra página Espiritualidad nos regaló el siguiente consejo: “Pedir con fe siempre registrará en la vida de las personas, más de 500 grados positivos”.
¡Ojo con lo que decimos de Dios!
Varias ranas iban atravesando un bosque. De pronto una de ellas cayó en un hoyo profundo. Las otras ranas se reunieron alrededor del precipicio. Cuando apreciaron que el hueco era profundo le dijeron a la que cayó que se diera por muerta, que no esperara que Dios “le hiciera el milagrito”.
El animalito ignoró los comentarios y trató de saltar con todas sus fuerzas para salir del hoyo. Las demás ranas, en lugar de animarla, seguían diciéndole que se detuviera y le reiteraban que se diera por muerta.
La rana continuó saltando tan fuerte como podía. Eso sí, nunca dejó de pedirle a Dios una ayuda. La rana vio que saltaba más y más fuerte, hasta que logró salir.
Una vez arriba todo el mundo se dio cuenta de que esta rana era sorda, y por supuesto, no le era posible escuchar lo que las demás le decían de Dios.
Ella, como no comprendía, pensó que sus compañeras estaban animándola todo el tiempo.
Christ_Velan
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