Desde entonces ha sido cultivado por autores de reconocido prestigio como Lewis Carroll, Mark Twain, James Joyce o T.S. Eliot, desarrollando líneas temáticas que van más allá de lo jocoso (cultos, eróticos, etc.) y extendiéndose a otros idiomas.
El limerick consiste en una estrofa de cinco versos que riman AAbbA. El primero, el segundo y el quinto versos son endecasílabos y el tercero y cuarto heptasílabos.
En Argentina, la escritora María Elena Walsh basó en 42 limericks su libro infantil Zoo Loco (1964).
He aquí algunos ejemplos:
“Un hipopótamo tan chiquitito
que parezca de lejos un mosquito,
que se pueda hacer upa
y mirarlo con lupa
debe ser un hipopotamito”
“Si cualquier día vemos una foca
que junta margaritas con la boca,
que fuma y habla sola
y escribe con la cola,
llamen al doctor: la foca está loca”
“En Tucumán vivía una tortuga
viejísima, pero sin una arruga,
porque en toda ocasión
tuvo la precaución
de comer bien planchada la lechuga”
“Un hipopótamo tan chiquitito
que parezca de lejos un mosquito,
que se pueda hacer upa
y mirarlo con lupa
debe ser un hipopotamito”
“Si cualquier día vemos una foca
que junta margaritas con la boca,
que fuma y habla sola
y escribe con la cola,
llamen al doctor: la foca está loca”
“En Tucumán vivía una tortuga
viejísima, pero sin una arruga,
porque en toda ocasión
tuvo la precaución
de comer bien planchada la lechuga”