sigue el agua cayendo sobre la vida verde.
no hay tranvías ni aviones en este hermoso campo,
pero como quisiera escuchar esas voces
que alentando mi alma me dejaban cantando.
no pudiese jamás hablar de otras imágenes
si ante mi solo tengo paisajes y recuerdos,
recuerdos apegados a mi vida y mi carne.
sigue lloviendo afuera, yo contemplo las nubes.
un estático lago rodeado de arboledas.
y un apacible viento va soltando nostalgias
por la hierba mojada que inclinada me observa.
son las dos treinta y cinco, y vivo en Dallas Texas.
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movimientos de gracia
larga hilera de carros empapados de sombra.
amor, si tu me vieras escribiendo tu nombre
ante un cielo de nubes lagrimosas y tristes.
-yo siempre muy atento, esperaba tu arribo.
-en los años setentas, la ilusión no era esta.
había entre tus ojos movimientos de gracia
elevando mi gozo por los aires del tiempo.
palomas en la fuente, en la Alameda pájaros.
-y, ¡ay nosotros lejos del los lugares ávidos,
donde juntos pensamos unir nuestros caminos!
puedo sentir el eco de los días lejanos,
pero en mis quietas manos ya no existen las tuyas.
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recordando
por estas calles nuevas, no se conoce nada,
todo es reflejo límpido de rostros diferentes.
-aquellas calles viejas tenían algo nuestro,
nuestro vagar, quizá, y en algún rincón besos
que guardados quedaron para encender recuerdos.
-aveces digo ...oye; mientras te voy pensando,
¿no estarás respirando de otra boca su aliento?
bien pudiera decirse que en la ciudad se muere,
cuando el corazón gime, recordando tus brazos.
por estas avenidas, la vida, como pesa.
hoy frente a mi la tarde de ayeres se despoja,
y una estatua de un héroe por mi desconocido
pareciera indicarme, que otro es el camino.
y el viento pareciera, cantar canto sombrío;
y el alma entristecida, desear estar contigo
Germán g