cuando las fresas de tus labios tiemblan
al acercar los míos,
cuando las dulces moras que culminan
los firmes promontorios de tus pechos,
me miran con descaro,
ahora que el terciopelo de tu vientre
se ondula, como mies mecida al viento,
al más leve contacto...
Yo guardaré tu cuerpo en la memoria.
Quiero también captar la luz de tu paisaje
y llevarla al más bello de mis lienzos,
para gozarte a solas,
para sentirte cerca si algún día,
los hados nos traicionan y condenan
en tierras tormentosas,
donde la luz se oculte tras las sombras
y la noche gobierne nuestras vidas.
Ante de que eso ocurra...
Capturaré tu luz con mis pinceles.
Quiero guardar memoria de estos tiempos
en que el amor, los gozos y las dichas,
colman nuestros anhelos;
porque tenerte ahora significa
gozar de tus fragancias de azucena,
de azahar y jazmín,
sentir tu suavidad bajo mis manos
y la mirada de tus ojos tiernos,
sobre los ojos míos...
Encerraré tu esencia en mis entrañas.
Quiero aprehenderte toda, por completo,
sin dejar una parte de ti misma
fuera del corazón.
Quiero entregarme a ti en cuerpo y alma,
sin conservar de mí, ni tan siquiera,
un ápice del ser.
Quiero que nos fundamos como nieve,
al fuego inextinguible de este amor,
en una sóla esencia.
Quiero memorizar esta pasión...
Félix Gala