El Bar
Publicado: Vie Ene 31, 2014 16:11
Al humo de la noche pinta, corta y sucinta como lista de espera
dispones a parir tus sonrisas a tus potenciales captores.
Ansia de barro en la frente peligrosamente comunicas
tus simultáneos temores de salamandra circense
en afán inconstante de salir veloz del paso
cual llamarada doliente pero ilesa del zarpazo.
Ya ceñidera la noche vas cavando en tus espacios
de entérnecedora poeta muy mala en el inglés
de subyugada codicia de mil moribundos de sed
mientras me das el elixir dorado del sabio monje irlandés.
Ya torturada la sala por la sabia elocuencia del desvarío
los devaneos irritantes no se hacen esperar
con disciplina castrense evitas mil desatinos
de tullidos delirantes por tus formas de mujer
mientras aromas inciertos de pudor o de Chanel
se van espesando en el viento como rastro de tu desdén.
Ya cuando el cruel hastío hace a los zombis pedir la cuenta
y libre te despojas del mandil y de la nota de venta
sientes hambre de alcohol y ostias para sentirte ligera
perfecta seductriz en traje de obrera.
Y si esta noche mi estrella de común gris y espontánea
ve una incierta rendija para colarse hasta tu suerte
del caudal de tus ardores de servicial Afrodita
no me salvará ni la guadaña de tu amiga la Muerte
dispones a parir tus sonrisas a tus potenciales captores.
Ansia de barro en la frente peligrosamente comunicas
tus simultáneos temores de salamandra circense
en afán inconstante de salir veloz del paso
cual llamarada doliente pero ilesa del zarpazo.
Ya ceñidera la noche vas cavando en tus espacios
de entérnecedora poeta muy mala en el inglés
de subyugada codicia de mil moribundos de sed
mientras me das el elixir dorado del sabio monje irlandés.
Ya torturada la sala por la sabia elocuencia del desvarío
los devaneos irritantes no se hacen esperar
con disciplina castrense evitas mil desatinos
de tullidos delirantes por tus formas de mujer
mientras aromas inciertos de pudor o de Chanel
se van espesando en el viento como rastro de tu desdén.
Ya cuando el cruel hastío hace a los zombis pedir la cuenta
y libre te despojas del mandil y de la nota de venta
sientes hambre de alcohol y ostias para sentirte ligera
perfecta seductriz en traje de obrera.
Y si esta noche mi estrella de común gris y espontánea
ve una incierta rendija para colarse hasta tu suerte
del caudal de tus ardores de servicial Afrodita
no me salvará ni la guadaña de tu amiga la Muerte