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ÉL MILAGRO DE TI



Cada mañana encuentro un cuerpo tibio
que se despereza con movimientos 
que me hacen desear tocar y palpar
lo relleno de esas piernas y brazos.

De lamer esa piel que se calienta a la mano
de quien es su dueño, de mi que la amo
y no deseo mas cosas, no deseo mas lo
que veo que se me entregaria, que me desea.

Existen los milagros por que por gracia
extraña a mi entender siento ese deseo
hacerse y convertirse en ansia y pasiòn 
que se entrega a dos que se quieren.

Palmo a palmo esta esa parte obscura
tuya deseando que se introduzca mi
cuerpo, mi elemento faltante en ti y
que caliente se moja de tus tibias aguas.

Deseo es la palabra que emerge en mi
mente y posesion es la palabra que se
fragua en mi cuerpo que quiere tenerte
y hacerte delirar hasta vaciarte.

Existen los milagros pues no es una o dos
las veces que siento tu humedad aparecida
en un chorro hermoso y relajante, no, es
una serie, un collar de perlas unidas.

En el lomo de mi brioso trozo de carne
que palpita, en su cuello bajo que se estira
para alcanzar tus profundidades suaves
y candentes siente tu venir e ir, de ti.

Los badajos de mis testiculos te claman
para hacerte el llamado al desborde de ti,
encima, debajo, a un lado de mi, junto, 
aparte o terminada la fiesta tambien llegan.

Existen los milagros pues si, por que no estando
tambien mojas tus sueños y ensueños por mi
que te poseo con fuerza inusitada, inesperada
o te hago el fragor de una batalla en tu campo.

Ese campo que se cubre se piel tibia, caliente,
fria, no importa, estoy preparado para la batalla
que quieras que enfrente sobre ti, bajo de ti, 
encima de ti, a un lado de tu cuerpo sabroso.

Disfruto esa guerra que se presenta cada que pides
que sea mi carne la que te calme, la que te hiera 
y te doblegue o te ensarte, la guerra la ganamos
graciosamente los dos, inermes y cansados.

Existen los milagros por que hemos muerto en esa
guerra atroz, que es igualemente hermosa y ansiada
que deseo volver a retomar las fuerzas perdidas y 
embatirte por todas partes, flaqueo y vuelvo a ti.

Añoro tu bello, tu piel, tus brazos, tu aroma almizclado
que me resucita mi miembro y lo vuelve loco de celo,
deseo tus profundidades y tu obscuro centro, tu gran
y hambrienta almeja colosal que retuerce de pasiòn.

Quiero sentir tu liquido salir en borbollones de tu ser
que no se detenga y bañarme de todo, mojarme todo
y que sientas el placer de tenerne como un elemento
voraz que todo lo quiere, pero solo de ti, solo de ti.


MAURICIO DEMETRIO MUNGUIA NAJERA
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