Mi refugio está en el extinto sol de la tarde,
cuando se va despidiendo,
y deja su halo de adiós prolongado
mientras se va meciendo,
entre la nostalgia del anochecer.
Mi refugio está entre las hojas del otoño
aunque cada una se vuelva hojarasca
conserva remembranzas del ayer,
con recuerdos tatuados en el tiempo.
Mi refugio está entre la niebla de la noche,
cuando teje su manto con las agujas del reloj,
intentando cubrir el tiempo
que se deshace entre sus horas largas.
Mi refugio está entre mis versos,
con sus alas puedo recorrer distancias,
buscando la libertad de mi alma,
respirando entre sus letras fresca brisa,
que me acaricia y me va llenando
de amaneceres luminosos.
Mi refugio está entre los labios
que prodigan una sonrisa,
entre los sueños de un niño,
en donde duerme la inocencia
a la espera de su destino incierto.
Mi refugio está en el paisaje distante
porque quisiera pertenecerle,
que me tomara como parte de su entorno
y me convirtiera en rio o en pradera.
Hago mi refugio en cualquier parte
y sin embargo el único que busco,
está entre tus brazos que no encuentro.
Esmeralda
(Derechos Autor)