Personajes:
Presentador de la obra:
Voz del narrador (no aparece en escena)
Jesucristo
Zacarías
Elízabeth
Juan el Bautista
Multitud de fieles
Vecinos de Zacaría
José
María
Ángel-1
Ángel-2
Melchor
Gaspar
Baltasar
Herodes
Sacerdote
Príncipe
Escriba
El comerciante
Presentador
Buenas noches, queridos hermanos. En esta ocasión tengo el gusto de presentarles una sencilla obra de teatro, la cual representa el nacimiento de nuestro señor Jesucristo.
Narrador:
Arrollaba el Imperio romano con Julio César a la cabeza, cuyo dominio se extendía en torno al mar Mediterráneo hasta el Medio Oriente. Así Herodes en calidad de Vasallo de Roma gobernaba en Judea, Galilea, Samaria y otros pueblos.
Bajo estas circunstancias, una tarde de esas que el Sol no quiere dormirse porque sabe lo imprescindible de su luz en momentos de prueba, el mundo conoció el acontecimiento más grande de todos los tiempos.
El sacerdote Zacarías entra en el santuario del templo del Señor para quemar incienso,
mientras se quema el incienso inclina sus rodillas y empieza a orar con voz apagada. Pasados unos minutos vio ante sus ojos un ángel y escuchó su voz adventicia.
Angel-1
Zacarías, no temas porque tu oración se ha escuchado en el cielo. Isabel aunque es estéril te dará un hijo y su nombre será Juan y muchos se regocijarán en su nacimiento, no beberá vino ni sidra y será lleno del espíritu santo aun desde el vientre de su madre, y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al señor Dios verdadero. Este Juan irá delante del señor con el espíritu y el poder del profeta Elías para reconciliar los padres con los hijos y los rebeldes aprendan a obedecer. De este modo preparará al pueblo para recibir al señor.
Zacarías:
(Temeroso y con voz recortada) ¡Oh, Dios! ¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy muy anciano.y mi esposa también.
Angel-1
Yo soy el ángel Gabriel y estoy al servicio de Dios, él me mandó a hablar contigo y a darte estas buenas noticias. Pero ahora como no has creído lo que te he dicho vas a quedarte mudo, no podrás hablar hasta que, a su debido tiempo, suceda todo esto.
Narrador: (Zacarías sale de la iglesia con las manos en la cabeza sin voz, muy asustado. Los fieles de la iglesia que están fuera no quedan ajenos al drama de Zacarías.
Fieles de la iglesia:
¡Zacarías, qué te pasa!...¿Por qué estás mudo? …¿Qué viste en el santuario?
Narrador: (Zacarías busca la forma de escapar de la multitud)
He tenido una revelación maravillosa del Dios todopoderoso, preparémonos para recibir su gran bendición.
Isabel: (con gesto abismado) Te veo extraño, ¿qué te ha pasado?
Zacarías: Vamos, prepara un té de menta, pronto abundará la felicidad en nuestro hogar
María: (En casa de Isabel) Isabel, Dios te bendiga, cuéntame de ti.
Isabel: (Pasando la mano por su vientre) ¡María, bendita tú eres entre las mujeres!
¿Por qué se me concede esto a mí?....¡Oh, que la madre de mi señor venga a mí!
Porque tan pronto me saludaste saltó la criatura en mi vientre.
María: (Tomando las manos de Isabel) Bienaventurada la que creyó porque se cumplirá lo que le fue dicho por parte del señor...¡Engrandeces Isabel!...¡Mi alma que del señor es, también engrandece!
Narrador: (Llega el día del nacimiento de Juan el Bautista y los vecinos visitan a esta criatura de grandes bendiciones)
Vecinos de Zacaría:
Isabel, Dios te ha bendecido de gran manera, (haciéndole gracia al bebé con sonajeros) Zacarías…Zacarías…Zacarías, tu adviento nos llena de alegría..
Isabel: ¡No se llama Zacarías…se llama Juan!
María, madre de Jesús, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de vivir juntos se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. José que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto.
(Con un suspiro) Ahhh…buscaré descanso físico, espiritual y mundanal…
Ya estaba dormido José cuando le sorprende una visión. No solo vio, también escuchó.
Angel 2: José, descendiente de David, no tengas miedo tomar a María como esposa porque su hijo lo ha concebido por el Espíritu Santo. María tendrá un hijo y le pondrá por nombre Jesús. Se llamará así porque salvará a su pueblo del pecado.
José: (Levantándose del lecho bruscamente habla para sí) ¡Dios mío, el ángel del señor me advierte del pecado que estoy cometiendo, y como soy justo debo obedecer a su mandato.
(Echando en un bolso cartas, bolígrafos, panecillos, un pomo con agua) ¡Bendita sea la revelación que me ha llegado del Dios verdadero…el Dios de Abraham, el Dios Jacob, el Dios de Moisés…
María: ¡Gracias esposo mío, siempre te admiro! ¡Qué Dios te bendiga!Y no olvides que después del parto seguiré siendo virgen.
En medio de la pobreza y conflictos sociales de aquellos tiempos, José sacó fuerzas para cumplir el mandato de Dios. Emprendió marcha de Nazaret a Belén en busca de un hospedaje adecuado para el nacimiento de su hijo.
José: ¡Sí, la veo, es la estrella más radiante que he visto en mi vida!
María: ¡No es una estrella cualquiera, significa el altar del señor, de nuestro hijo
Jesucristo!...¡Ella nos guiará justo al lugar de hospedaje!
José: ¡Verdaderamente nuestro hijo viene de la mano de Dios!
Narrador:
José y María buscaron con tesón un hospedaje digno donde esperar al hijo unigénito de Dios, pero, no tuvieron otra opción que alquilar un establo a un viejo amigo. Allí le acompañaban algunos animales. Para que se cumpliese las profecías de Lucas:
“El niño que vean en pañales acostado en un pesebre, esa es la señal del advenimiento de
Cristo el salvador” Un establo no tiene mucha diferencia de un pesebre.
del pecado y de la muerte!...¡Al saber que tú ofreces más, ofreces vida eterna!
José: (Besando a Jesús en la frente) Dios te bendiga hijo mío, perdona mis pecados.
Uno de los escribas: ¡Disculpe Majestad, se llama Jesús!
Un sacerdote: ¡Y representa el Mesías tan esperado por el pueblo de Israel… el Salvador del mundo!
Herodes: (Con los ojos casi salidos de las órbitas) ¡Como se llame, matadlo…es la orden!
Un príncipe: Su Majestad, ¿quién es más fiel que yo a su mandato? Pero faltan las huellas, señales, la dirección exacta donde nació el famoso niño.
Las averiguaciones de Herodes sobre el nacimiento de Jesús coinciden con la curiosidad de
tres hombres ricos que llegaron a Israel interesados por conocer al niño Jesús.
Gaspar: Yo estoy desesperado por conocer a ese niño prodigio. Cuando el río suena, agua trae.
Baltasar: Hay dos motivos para llegar pronto a la mansión del rey recién nacido.
1º-Conocer al rey de los judíos.
2º-Los camellos están muy agotados y sedientos, allí podrán llenar sus arcas.
Melchor: Hay un refrán que dice: “Siempre escuchar el consejo del que más sabe”
Como yo soy astrólogo de 40 años de trabajo aconsejo: Seguir el rumbo de aquella estrella…la más gigante.
Luego del asesinato de varios miembros del Sanedrín había gran malestar en los sacerdotes y escribas de Jerusalén. por lo que Herodes no confiaba en los reyes magos y presintiendo una traición los citó para indagar bien sobre el asunto..
Melchor, Gaspar y Baltasar
¡A sus órdenes, Majestad!...Nosotros somos cumplidores de la ley.
Melchor: No temas, somos hombres buenos que venimos a adorar al niño Jesús, y ciertamente sentiríamos tristeza si muere este niño glorioso, (y colocando en la cuna del niño los regalos) ¡Hijo mío…!
José: (Interrumpiendo a Melchor) ¿Cómo has dicho?
Melchor: (Reflexivo) He dicho, hijo de Dios, Salvador del mundo, consejero luminoso…
Baltasar: (Colocando los regalos en la cuna del niño) Niño rey, Dios bendiga cada palabra que salga de tu boca.
Gaspar: (Colocando los regalos en la cuna del niño) ¡Rey de los judíos tu obra será grande
por todos los siglos, amén!...(tocando por el hombro a José) Deben irse de este lugar lo
más rápido posible, porque Herodes está buscando al niño Jesús para matarlo.
José
¿Cómo puedo confiar en ustedes? Si vuestros trajes son costosos parecidos a los que usa Herodes y su ejército….Tal vez sean ustedes espías de Herodes.
Los tres reyes magos:
¡Nosotros no somos de este pueblo! (Despidiéndose) ¡Que Dios esté con vosotros y no tarden en estallar todos los relámpagos que brillan en los ojos de Jesús!...¡Hasta la vista!
Narrador: Los tres reyes magos se marcharon por otro camino.
Angel-2: José, debes huir a Egipto, junto con la Virgen María y el niño Jesús, pues el rey Herodes lo está buscando para matarle.
María: (sobre un burro abrigando al niño Jesús)
José, tenemos que ser breve en la fuga, el Dios bueno nos dará fuerzas para vencer también la tempestad de arena del desierto, todo lo haremos por salvar nuestro hijo.
José: (A pie y con las riendas del burro en sus manos) Los hijos de Dios nunca temen, pronto estaremos en un lugar seguro y nuestro hijo cumplirá su misión.
María: (Tejiendo una manta) Todos los días Jesús me da pruebas de su gracia divina, es un niño todavía y muchas personas han recibido paz y consuelo con solo escuchar sus palabras. ¿Veis como lo siguen por dondequiera?
Jesús:
Padre del santo cielo
en alto llevo tu enseña,
con mi conducta modelo,
y firme como la peña.
José: Las cosas de Jesús no son de niño, se comporta como un adulto.
María: ¡Hijo, que tu gracia divina abunde por toda la tierra!
José: (Acercándose a María). Estoy enterado de algo horrible: Hoy se lleva a cabo en Israel la operación “Matanza de los inocentes” dirigida por Herodes para matar a todos los niños nacidos en Belén menores de dos años” Ciertamente el ángel de Jehová ha salvado nuestro hijo.
María: ¡Qué bestia, nunca tendrá perdón Herodes, ni en el cielo ni en la Tierra!
Pero no hay por qué temer, tenemos suficientes pruebas de que Jesús es el hijo unigénito de
Dios, por todas las pruebas que da maravillosas. Con la gracia de Jesús vamos a vencer todas las tempestades..
José: (Con semblante de aurora) María, ven siéntate a mi lado, lo que tengo que decirte es muy delicado)
María: ¿Delicado o restaurador?
José: Herodes a muerto, es hora de que regresemos a nuestro país, recuerda que nuestro hijo trae una misión a cumplir en Israel.
María: (Acariciando los cabellos de Jesús) Verdaderamente una noticia llena de esperanzas para este mundo..
José, María y Jesús se dirigen a Israel en un burro. Jesús se ve contento y dice algunos versos:
Jesús:
Como la arena infinita
ha de ser la procesión
bebiendo el agua bendita
que llevo en mi corazón
María: (Con una canasta llena de ropas) ¿Qué pasa José, hay problemas?
José: (Muy preocupado) ¿No has notado la ausencia de Jesús?
María: Sí, me dijo que iba al mercado de la esquina a hacer amistad con las personas.
María y José: (Dirigiéndose al mercado) ¡Jesús, Jesús…! ¿Dónde te escondes? ¡Regresa!
El comerciante: ¿Jesús?...¿Es ese niño revoltoso que llega aquí todos los días
hablando blasfemias contra Dios?
María: ¡Cuidado con lo que dices! Nuestro hijo es el Mesías, enviado por Dios para salvar al mundo del pecado y de la muerte.
José: (Argumentando) Es un niño sobresaliente, nunca ha ido a la escuela y tiene el don de prevenir el futuro.
El comerciante: No crean esas pamplinas. Un buen consejo les doy: Pongan a su hijo en una sinagoga de prestigio para que aprenda a ser un hombre de bien.
María: (Con la mano en el pecho) ¡Dios mío, perdónalo, no sabe lo que dice!
.
Jesús: (Llega Interrumpiendo la conversación) Madre, ¿Por qué me buscan?
¿Ustedes no saben que yo tengo compromiso de hablar con mi Padre todos los días? Estaba en el tempo en oración con mi Padre de los cielos.
Jesús: Despreocúpense, mi Padre celestial siempre está a mi lado.
José: Verdaderamente es el hijo de Dios.
¡Arrepentíos tropas de víboras! ¡Preparad el camino del señor. Enderezad la senda! ¡Yo os bautizo en agua, pero el que viene detrás de mí bautizará con el espíritu santo!
Narrador:
Muchos fueron bautizados por Juan el Bautista. Luego Jesús que ya era un joven de 30 años aproximadamente hizo acto de presencia.
Juan el Bautista: ¿Tú me pides que te bautice?...¡Si ni a penas soy digno de desatar las correas de tu calzado!
Jesús: Sí, Juan, tu bautismo es mesiánico, quiero que me bautices.
Juan bautizó a Jesús con las aguas del río Jordán. Luego Jesús se dio la vuelta para ver una paloma que descendía y de esa forma recibió también el bautismo del Espíritu Santo, mientras se escuchaba una voz celestial.
Voz de Dios: “Tú eres mi hijo amado en quien tengo complacencia”