Una sencilla carta de amor
Publicado: Mié Ago 20, 2008 09:47
Una sencilla carta de amor.
En la inmensidad del infinito que raya el horizonte, te pienso mi amado.
Cada instante que respiro te lo debo a ti mi amor, porque desde que llegaste a mi vida la intensidad de los tiempos reina gloriosa en los corazones de ambos.
Salpicado de estrellas, cuales diademas de la tiara más hermosa, el cielo se convierte en nuestro lazo de real amor y pasión; en el telón de fondo de nuestro escenario de pureza y entrega diaria a la ternura y a la felicidad.
El amanecer nos sorprende mirándonos con esa dulzura que sólo los ojos límpidos pueden sostener, y sonreímos a esa nube pasajera que protege al sol de su brillante luz para anunciarnos que otro día comienza en la cadena de perlas de este gran amor.
Arena blanca de fino cuarzo y calcita tapiza la playa de nuestros encuentros, testigo de la entrega pura y única ante los rayos del rey sol y su magnificencia, pasión desatada de dos seres que se unieron en sagrado vínculo ante el Dios que mora en lo no dimensional.
Con la serenidad cierta que mis sentimientos vuelan a tu lado con la brisa que arremolina al mar, quiero gritar a los cuatro vientos este gran amor, y estampar en el árbol más inalcanzable un gran corazón con nuestras iniciales en dorado.
En la huella indeleble del tiempo y sus estadios, del espacio y su gravedad y del horizonte inalcanzable... volamos cuales pájaros en su carrera al infinito, para renacer en cada aurora y sentir la total complacencia del maravilloso amor correspondido.
Te amo y te amaré toda la vida... te espero mi amor... aquí y en el más allá.
~~~~~~~~~~ sabra ~~~~~~~~~~
Mónica Menis.
Israel, 20 de Agosto del 2008.
En la inmensidad del infinito que raya el horizonte, te pienso mi amado.
Cada instante que respiro te lo debo a ti mi amor, porque desde que llegaste a mi vida la intensidad de los tiempos reina gloriosa en los corazones de ambos.
Salpicado de estrellas, cuales diademas de la tiara más hermosa, el cielo se convierte en nuestro lazo de real amor y pasión; en el telón de fondo de nuestro escenario de pureza y entrega diaria a la ternura y a la felicidad.
El amanecer nos sorprende mirándonos con esa dulzura que sólo los ojos límpidos pueden sostener, y sonreímos a esa nube pasajera que protege al sol de su brillante luz para anunciarnos que otro día comienza en la cadena de perlas de este gran amor.
Arena blanca de fino cuarzo y calcita tapiza la playa de nuestros encuentros, testigo de la entrega pura y única ante los rayos del rey sol y su magnificencia, pasión desatada de dos seres que se unieron en sagrado vínculo ante el Dios que mora en lo no dimensional.
Con la serenidad cierta que mis sentimientos vuelan a tu lado con la brisa que arremolina al mar, quiero gritar a los cuatro vientos este gran amor, y estampar en el árbol más inalcanzable un gran corazón con nuestras iniciales en dorado.
En la huella indeleble del tiempo y sus estadios, del espacio y su gravedad y del horizonte inalcanzable... volamos cuales pájaros en su carrera al infinito, para renacer en cada aurora y sentir la total complacencia del maravilloso amor correspondido.
Te amo y te amaré toda la vida... te espero mi amor... aquí y en el más allá.
~~~~~~~~~~ sabra ~~~~~~~~~~
Mónica Menis.
Israel, 20 de Agosto del 2008.