Mensaje
por Anemona » Mar Abr 29, 2014 13:25
Desde tu interior, supe del tacto de tus manos.
Su calor,sus caricias, que desde aquel rinconcito iba conociendo y valorando.
Pasaron semanas,meses.
Ya fuera de tu cobijo ,sentí susto,indefensión,desamparo.
De pronto,vi un brillo intenso que acaparó mi atención precaria.
Eran tus ojos,la luz de tu mirada.
Se disipó el miedo...ese brillo ,esa luz me acompañaba,me alumbraba.
Faltaba algo...algo que no tardó...el calor,el tacto de tus manos.
Ya féliz,comencé a ser personita ,ante una vida que, contigo se hacía fácil.
Tus ojos siempre atentos,vigilantes ante cualquier demanda
Sobraban llantos,palabras...todo entendías con la mirada.
Tus manos acudían prestas,cálidas
Bálsamo para mis caídas,mis andanzas torpes y exploradoras.
Y ha pasado tiempo,Mamá.
Se cerraron tus ojos,se debilitaron tus manos.
No podré verte,ni visitarte.
Pero sé que sigues atenta,con tus ojos iluminando mis pasos.
Con tus manos guiando mi rumbo...frenando ímpetus erróneos,alzándome en caídas...empujando en horas bajas.
Mamá...
estás lejos,muy alta,entre Paz y amor.
Pero sigues conmigo...
con tus ojos...
con tus manos...
¡Te quiero!