LLegaste tarde,
tarde para mis ojos,
tarde para conversarte,
cuando marchita se hace,
hasta la flor que del pecho nace.
Flor que de solo pensarte,
quisiera amarte, de tanto que arde...
pero la herida duele, celosa se abre,
a ella la amaba, a ti, quise aceptarte,
quererte con pasion, inagotable.
Mas, llegaste tarde,
mujer, que desaire!
pues tengo sed por amar y de amarte,
es tu figura, tan sutil, tan fragil!
como un ocaso que enamora, se aleja... se deshace.
LLegaste tarde, delicada mujer! mujer suave...
HUGO DANTE TORTORELLI