Bien entrada la noche,
por senderos de fuego,
escucho la voz de Virgilio,
con su poético derroche;
Aquelarres de negro,
Os esperan en la senda,
para desviar vuestro camino,
y conduciros al Hades!.
Seguid la luz del páramo,
que el grito no os detenga,
y a la vuelta de la vida,
un amor Os espera.
Y en el tumulto de brujas,
hice caso omiso,
y segui caminado,
perfilando al infinito…
y bosques de sal,
desaparecieron por dicho caminito.
aborde la balsa y reme con premura
Y un aura dorada,
apuntaba a sotavento,
y el rió de lagrimas
derivo en tu turbio rió,
y entonces me pregunte:
Tendría razón Virgilio?
