Rompes el silencio, compas de un dolor
Y sin frenar a la misma luego, más tarde, envías
La mustia sequedad de un seco clamor
Quién eres mujer productora de mi sufrimiento
Que sin darte cuenta en mí logras clausurar
Las ganas de tenerte, en pleno recogimiento
Dejando al poeta en su solitario musitar
Quién eres divina diosa que en mi llanto
Veo te ofreces a mi alma como encanto
Y cuando te tengo no logras transmitir
Ese sueño, por el que vale la pena vivir
Quién eres amor de mis sueños y ausencia
Que no logro adentrarme en tu consciencia
Pues no eres capaz de sentir mi gemir
Quién eres que te busco y no estás aquí.
Fenix