Tuve que decirte adiós... aunque no quería
y ahora me pregunto ¿que será de mi vida?...
arrebato mi alma y corazón, aquella despedida
dejando en la tierra un cuerpo en agonía.
Todos los amaneceres ahora son iguales
las paredes me despiertan y mencionan tu nombre...
las lagrimas siguen el mismo recorrido
tratan de encontrar tus latidos escondidos.
Ahora que debo hacer... si tu ya no estas
debo ser fuerte para poderlo aceptar...
pero el silencio es tan doloroso
pensar que hace unos días acariciaba tu rostro.
Pero el tiempo se a enojado conmigo
porque me a quitado mi mas feliz motivo
de lucha y valor... me a quitado mi luz e inspiración
y de apoco se va llevando los latidos de mi corazón.