EN EL MUELLE DEL RECUERDO.

[VICTOR SANTA ROSA]

EL MUELLE DEL RECUERDO.

Pisan mis pasos inciertos aquel viejo muelle,
sutil recordación de apetecidos atardeceres,
tu rostro dibujado entre algodonadas nubes,
parece decirme: llevo en el alma tus quereres.

Pregunto al apacible mar por donde marchaste,
si acaso remontaste vuelo cuál señorial gaviota,
lo cierto es que mis Lares en abandono dejaste
y quizá no pueda alcanzarte con mis alas rotas.

Sumido en el éxtasis que prodiga salino viento,
se extravía mi retina en el horizonte infinito,
la caricia de tus manos en sus brisas la siento
y en el murmullo de aguas tu palpitar contrito.

Deambulo la intimidad de nuestra playa,
más no percibo vestigios de tu candor,
pido al celaje que encienda y no se vaya,
que pincele con su rojo esta pena de amor.

Asistí cómo siempre a nuestro encuentro,
más no hallé tu barca en el embarcadero,
zarpó dejando sus marras en este puerto,
sin rumbo definido, incierto su derrotero

En esta soledad te llamo, te grito, te clamo,
el eco del silencio me confirma tu ausencia,
sobre la arena estas lágrimas que derramo,
diluyen sin huellas cómo tu fugaz presencia.

Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Diciembre 6 del 2010.

[UNICORNIO AZUL]

EL MUELLE DEL RECUERDO.

Pisan mis pasos inciertos aquel viejo muelle,
sutil recordación de apetecidos atardeceres,
tu rostro dibujado entre algodonadas nubes,
parece decirme: llevo en el alma tus quereres.

Pregunto al apacible mar por donde marchaste,
si acaso remontaste vuelo cuál señorial gaviota,
lo cierto es que mis Lares en abandono dejaste
y quizá no pueda alcanzarte con mis alas rotas.

Sumido en el éxtasis que prodiga salino viento,
se extravía mi retina en el horizonte infinito,
la caricia de tus manos en sus brisas la siento
y en el murmullo de aguas tu palpitar contrito.

Deambulo la intimidad de nuestra playa,
más no percibo vestigios de tu candor,
pido al celaje que encienda y no se vaya,
que pincele con su rojo esta pena de amor.

Asistí cómo siempre a nuestro encuentro,
más no hallé tu barca en el embarcadero,
zarpó dejando sus marras en este puerto,
sin rumbo definido, incierto su derrotero

En esta soledad te llamo, te grito, te clamo,
el eco del silencio me confirma tu ausencia,
sobre la arena estas lágrimas que derramo,
diluyen sin huellas cómo tu fugaz presencia.

Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Diciembre 6 del 2010.

Que bello
El poeta enamorado le roba inspiración a las musas
Por que ellas se conduelen de su lamento
Le inspiran al oído en secreto…….
Con la complicidad del mar
Por supuesto.
Os felicito de veras maestro.
Con cariño tu amiga por siempre.

[esteparia]

Hermoso y bello lamento del alma al sentir su partida
lodisfrute me transporte camine por tus playas llenas
de tu amor y tu dulsura.

Gracias por permitirme leerle Feblicidades amigo.

[Scorpio]

VICTOR SANTA ROSA

Tantas veces recorremos
el camino que nos conduce
a ese muelle que ya ni se
puede contar con los dedos de
las manos, y es que los recuerdos
forman parte de lo vivido y de lo
aprendido, unos buenos y otros
malos pero que han significado
en su momento algo importante
para nuestra alma.

Bello recorrer tu aporte, gracias
por compartirlo.

Saludos y un abrazo fraterno

[Scarlet2807]

Realmente escribes bellísimo...
Es un verdadero placer leerte, gracias por compartir tan hermosas letras

Un beso, Scarlet2807

[Romantyka]

Distinguido VICTOR SANTA ROSA

Hermosa y profunda sentir, es un placer estar presente y dejarte
un saludo a sus letras y felicitaciones por su talento poético.

[Mujer de Espuma]

Que triste y que hermoso a la vez me resultó acompañar al Poeta por el muelle del recuerdo hoy sombrío, por no ver la amada barca que desapareció como gaviota sin rumbo, entristeciéndolo.

Sumido en el éxtasis que prodiga salino viento,
se extravía mi retina en el horizonte infinito,
la caricia de tus manos en sus brisas la siento
y en el murmullo de aguas tu palpitar contrito.

La nostalgia se percibe tan bella como el panorama que sume un corazón en la más densa neblina.
Poema de concurso para mí, querido Víctor, tus letras se me quedaron en el alma.
Mi abrazo con inmenso cariño...

Queta