“Avatares” del destino,
¡Que tengo que trabajar hasta los sábados y domingos,
Para poder yo pagarle horas extras a Cupido,
¡Que siempre me va persiguiendo,
¡Que solo trabaja conmigo,
¡Que pienso que estoy enfermo de este virus tan benigno,
¡Que es el virus del Amor que siempre llevo conmigo.
¡Que espero que mi corazón…¡sea extenso como el Nilo,
Para que no se me acabe, ¡ahora a mitad del camino,
¡Pues cada vez que me enamoro se me segrega un trocito,
¡Que esto más que corazón, parece urbanización,
¡Pues lo tengo parcelado ya con calles y avenidas,
Para no olvidarme nunca, lo que a sido de mi vida,
¡Que cuando de nuevo me pase, no me llevare sorpresa,
Y el ¡sentimiento y la ¡sangre, me embotaran la cabeza,
¡Y como un millón de caballos recorrerán desbocados,
Y después, irán bajando, hasta mi corazón cansado,
¡Galopando por mí pecho, que lo tengo destrozado
¡De tantas corredurías, que por aquí se han pegado..
¡Que no tengo que ir al doctor, para que cure este virus,
¡Porque es un virus benigno, y es el virus del amor.