¡Nadie te dijo, ¡mujer
que por ti me desvelaba.
¡Me buscabas en la bruma
¡y en ese lugar…no estaba,
Yo, ¡estoy donde los humanos
¡esperando la del alba.
¡No quiero estar en tus brazos
en esa noche “grisácea”.
Pues no respiro nada bueno,
¡solo amargura crispada,
y te dije muchas veces,
¡que de “eso”, ¡no quiero nada.
¡Que quiero respirar normal
durmiendo en esa almohada,
y esperar a la mañana
¡haber lo que el cielo depara.
Con la esperanza de hallarme,
a la mujer que yo amaba.
La que hacia todo con gusto,
¡con aliciente…y con ganas.
¿continuara.