Luego del viento incesante
de tu confundida vida,
tengo a bien decirte
que tu alma partida
por la innegable falsedad,
vive aún retenida
en las faldas de su heredad.
Tantos buitres juntos
solo pueden dar paso
al detrimento de la poesía,
y es el mismo caso
de tu ponderada estancia
y tu consecuente retraso
de tu intolerante ignorancia.
Si estas pensando dudosa
que estas letras sean para ti,
yo te lo confirmo enseguida
¡no vayas a dudar de mi
aunque sea por esta ocasión!,
te lo voy a decir aquí
con la siguiente oración.
Bendice Señor te pido
a la apócrifa alba
y al simulacro ocaso,
no vaya ser quede calva
por las aves de rapiña,
que destruyen el alma
de la ignorante niña.
José Xavier Q. Z.
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