Cuando tu boca de fusil
Vela la pólvora en la oreja.
Donde la suave venganza delinquirá,
Contando con dolor
A fiebre de mil grados.
Mis densos labios
Hacen de tu desgracia
Una noche embriagada de alegría
-ladrón y policía-
Sobre un banquete de sangre hervida.
¡Ay, estupido rechiflado
Demonio que llevo dentro!
Inclinas el clavel fiel
Y es su espalda
Quien besa la fría espada.
¿Para qué cargar relatos o lirismos?
Si eres red de fresca carne
Y yo un animal preso dentro los celos,
Si soy lunático bucólico
Y ella en el francés sideral
De los cometas.
Niña en llanto de la pintura
O frutas mimosas enterradas
Entre los dientes pletóricos míos.
Volaste paloma negra
Entre los azufres patrañeros
Que regaban tu ciego jardín.
Y diste vida a las abejas con vista
De gusanos ciegos.
En verdad que valió la pena
El virgen amor
El romántico insomnio
La idolatría al ruiseñor
La llovizna de los divinos cantares
Sobre la casa de hervidos huesos
Bramantes por un velo nupcial.