
Quiero que seas de mi poema el verso más dulce.
Quiero sentirte cerca, sin que la distancia se burle.
Quiero que huelas las flores de nuestro jardín.
Quiero olvidarme de olvidarte a la hora de dormir.
En una hoja manchada con tinta mi pluma apoyé.
Terminé la hora de las penas con un trago en la mano.
La dulce amargura de vivir muriendo es extrañarte.
El sol que se oculta no llega a mi patio.
En un día como este mejor no recordar.
Esos besos que quitaban el aliento, que parecían no terminar.
Esas caricias victimas de un sucidio eterno al despertar.
Mejor de esos días nada recordar...
La armonía en la melodía era escuchar tu voz.
Las filas de hormigas con motor es lo único que oigo ahora.
En tus ojos encontraba el sosiego que necesito.
En tu risa las voces de los angeles sin miedo.
Dejame sentirte de nuevo!
Que mi piel sufre por tu ausencia!
Dejame ser esclavo de tus deseos, tu sirviente, tu mesero.
Despertar en tu pecho cálido, calmo y verdadero.
Mi pena de nada sirve, mi amor...
Se que pronto nos veremos.
Te esperaré sentado, en la terminal de siempre.
Siempre tuyo...siempre tuyo... mi amor sincero.