A ti Madre
¡¡Hijo, hijo mío, imagen de mi ego!!
Flama pequeña de mi propio fuego.
Mi ilusión hecha carne,
¡Cuántas esperanzas puedes tú darme!
..yo..
Si a ti, a la mujer que con dolor, lágrimas y regocijo, ha
fertilizado su vientre para que germinara la semilla de un Ser.
A ti, a la madre: la tierra de donde brota el amor,
hecho carne.
Para ti son estas mal pergeñadas letras,
porque tú mujer, desde tu seno no tan sólo nos
alimentaste, sino también nos infundiste la esencia
de tu mismo Espíritu. De ti madre sublime, se ha
saturado nuestro Ser, de calor de vida y ternura;
que con estoica paciencia, tejiste en lo íntimo de tu Alma.
Que el sufrir te ha flagelado sin misericordia;
¡Que quizás has recogido espinas por rosas! ¡Que
importa, mujer heroica!
Si llevas en tu consciencia, la certidumbre de
haber velado, porque el fruto de tus entrañas haya
madurado.
Si tu pensamiento y tu corazón a la par, han
sabido impulsar, los titubeantes pasos de tu retoño,
en el amanecer de su vida.
Y que tu ejemplar virtud, haya sido el sostén
Moral de tus vástagos. No importa que tu labor
callada e ignorada, no reciba lisonja ni galardón.
Mas, si con anhelo de bien supremo, has modelado
nuestro BARRO, con alma generosa; ¡Bendita
seas tú! ¡Madre de CARNE y ESPIRITU!
¡¡FELICIDADES MADRECITAS!!
¡¡Hijo, hijo mío, imagen de mi ego!!
Flama pequeña de mi propio fuego.
Mi ilusión hecha carne,
¡Cuántas esperanzas puedes tú darme!
..yo..
Si a ti, a la mujer que con dolor, lágrimas y regocijo, ha
fertilizado su vientre para que germinara la semilla de un Ser.
A ti, a la madre: la tierra de donde brota el amor,
hecho carne.
Para ti son estas mal pergeñadas letras,
porque tú mujer, desde tu seno no tan sólo nos
alimentaste, sino también nos infundiste la esencia
de tu mismo Espíritu. De ti madre sublime, se ha
saturado nuestro Ser, de calor de vida y ternura;
que con estoica paciencia, tejiste en lo íntimo de tu Alma.
Que el sufrir te ha flagelado sin misericordia;
¡Que quizás has recogido espinas por rosas! ¡Que
importa, mujer heroica!
Si llevas en tu consciencia, la certidumbre de
haber velado, porque el fruto de tus entrañas haya
madurado.
Si tu pensamiento y tu corazón a la par, han
sabido impulsar, los titubeantes pasos de tu retoño,
en el amanecer de su vida.
Y que tu ejemplar virtud, haya sido el sostén
Moral de tus vástagos. No importa que tu labor
callada e ignorada, no reciba lisonja ni galardón.
Mas, si con anhelo de bien supremo, has modelado
nuestro BARRO, con alma generosa; ¡Bendita
seas tú! ¡Madre de CARNE y ESPIRITU!
¡¡FELICIDADES MADRECITAS!!