Proemio.- "Desgracias imprevistas desvían nuestras esperanzas y nuestros deseos; a veces también quien tuvo que salvar horribles tormentas, suele trocar su infortunio por la máxima prosperidad." — Pindaro
Ella fue conducida a otra dimensión
Donde no padecerá tristeza ni dolor
Y descansara libre de toda aflicción.
Morara en el edén del amor.
II
Debo en mi odisea proseguir
Sin escuchar cantos de melancolía
Con reciedumbre tratare de vivir
Para vencer mi propia agonía.
III
Naufrago soy en la vida
Y como tal, sobreviviré con denuedo
Llevo la fe, de mi mano, asida
Que como titán exclamo: si puedo.
IV
Me defenderé de la maligna depresión
Que abate cual mortal veneno
Mi baluarte es la oración,
Mi defensor: el amor eterno.