Quisiera ser tierra...
Cuando ya no me hablas
Cuando ya no me escuchas
Quisiera volverme tierra
Esa tierra de donde somos parte
Ser ese paraíso que ya no existe
De sábanas verde
Y transparentes cielos
Ese mundo azulino
Y esa estrella brillante
Que guiaban mis pasos
En el cambio de luna
Donde florecientes amapolas
Se deshojaban al sentir mis pasos
Cuando cruzaba sus caminos
Ya no queda tiempo
Solo pequeñas fracciones
Y los espacios de encuentros
Con nuestra propia existencia
Desde la infancia efímera
Hasta el nacimiento prematuro
De las primeras canas
Sentir rayos de sol por las mañanas
Y por las noches claras un beso de luna
Sentir ese rocío de primavera
Y el susurro del mar
Todo se va quedando tenso y olvidado
Cuando renace las sombras
Y vuelven las penas que se alimentan
Del llanto de mis ojos
Lágrimas silenciosas y mudos quejidos
Hielan el fuego de un mundo desconocido
Sabe Dios que ella esta más allá
Donde no llega mi voz ni mi mirada
Entre océanos y tierras
Entre bosques y días de viajes
Que perdida imagen hay aquí sembrado
Aunque no este para ti
Sabré esperar como un ave ensangrentado
Bajo un pajar de trigo seco
Y cuando baje la marea
En la vertiente del mar sereno
Escribiré tu nombre para que lo lea el cielo
Cuando vendrás a mí
Con tu celestial sonrisa
Y dos gotas de rocío en tus ojos
No habrá siglo que no pueda esperar
Ni edad para quererte amar...
El Caminante...
Cuando ya no me hablas
Cuando ya no me escuchas
Quisiera volverme tierra
Esa tierra de donde somos parte
Ser ese paraíso que ya no existe
De sábanas verde
Y transparentes cielos
Ese mundo azulino
Y esa estrella brillante
Que guiaban mis pasos
En el cambio de luna
Donde florecientes amapolas
Se deshojaban al sentir mis pasos
Cuando cruzaba sus caminos
Ya no queda tiempo
Solo pequeñas fracciones
Y los espacios de encuentros
Con nuestra propia existencia
Desde la infancia efímera
Hasta el nacimiento prematuro
De las primeras canas
Sentir rayos de sol por las mañanas
Y por las noches claras un beso de luna
Sentir ese rocío de primavera
Y el susurro del mar
Todo se va quedando tenso y olvidado
Cuando renace las sombras
Y vuelven las penas que se alimentan
Del llanto de mis ojos
Lágrimas silenciosas y mudos quejidos
Hielan el fuego de un mundo desconocido
Sabe Dios que ella esta más allá
Donde no llega mi voz ni mi mirada
Entre océanos y tierras
Entre bosques y días de viajes
Que perdida imagen hay aquí sembrado
Aunque no este para ti
Sabré esperar como un ave ensangrentado
Bajo un pajar de trigo seco
Y cuando baje la marea
En la vertiente del mar sereno
Escribiré tu nombre para que lo lea el cielo
Cuando vendrás a mí
Con tu celestial sonrisa
Y dos gotas de rocío en tus ojos
No habrá siglo que no pueda esperar
Ni edad para quererte amar...
El Caminante...