escondida por demonios que arrastran
la melancolía hacia lugares terrenales
han sepultado de tu alma la esperanza.
Fuiste mi caudal, conocí el mundo
en tus expresiones de desilusión
y fuiste mi avalancha.
Me hablaste de gloria y pudor
cuando corría yo detrás de ti
y en deslave me construiste
y destruiste, amargamente en un poema largo impúdicamente sin mirarme a la cara.
Al corazón atornillaste el éxito
más los pensamientos fueron bujías
rechinadas, por un silencio
que describieron de la vida tu temor,
de que el amor,
es algo más que descubrimos cuando nos arrancan el corazón desde las entrañas .
Déja que te llame a voces, sin consideración,
que sabré sanarte de tu desesperación
cuando encuentre el camino
que deseaste, que al levantarte
habremos desaparecido los dos
en este torbellino desolador
que alguna vez recorrimos
juntos, sin decirnos nada.