
Ahora me tendré que marchar,
posiblemente al río de la eternidad,
donde se haya la verdadera felicidad,
donde podré volver a caminar.
Sabes que yo nunca te podré olvidar,
así que, por favor, deja ya de llorar,
sabes que me tengo que ir,
pero no quiero verte sufrir.
Porque tú has sido la luz que ha iluminado mi día a día,
ya que para mí antes era todo oscuridad,
todo lo que veía era maldad,
y muchos días sentía que me perdía.
Tú me hicistes ver la vida de otra manera,
pude ver por primera vez lo que era la primavera,
pude sentir ese calor en mi interior,
ese sentimiento llamado amor.
Pero la vida da muchas vueltas,
y la fortuna me quiso dar patadas al destino,
y que todo me fuera como tiempo atrás,
que estuviera siempre en el olvido.
Pero gracias a ti, parte de eso no pasará,
ya que cuando mi enfermedad me consuma,
tu amor por mi no se esfumará,
y no se irá a la parte oscura de la luna.
**********
De tus ojos yo me enamoré...
y en tus ojos yo moriré...
-Poema de un Alma despidiéndose de su último amor-