
Son días de fiesta, alegría . . .
Los seres que han sufrido
fuertes abandonos,
cada momento
que hablamos de las fiestas
en que ya comenzaron
las reuniones de despedidas
del año que termina, el nacimiento
del niño Jesús,
las compras . . .
les golpea fuerte el triste
recuerdo del abandono.
En las casas el árbol navideño
bellamente adornado
con guirnaldas, luces . . .
Todos hablamos con quien cenaremos
en la noche buena . . .
sin prestar atención que amigos
e hijos que nos rodean han sufrido abandono.
La mesa se viste de gala,
es la noche de la familia.
En ese preciso instante
ese hueco negro que deja
el abandono se hace aún mas grande.
Solo los que hemos o han vivido,
momento a momento lo recordamos
aún manteniendo una dulce
y tierna sonrisa.
En sus ojos vemos la esperanza
que a esos seres que tanto aman
los recuerden y lleguen a darles
un tierno beso.
El mundo sigue festejando,
brindando, recibiendo regalos materiales.
Ellos, los que tienen un hueco negro
por el abandono que se les va
transformando en cicatriz con el tiempo
y así poder seguir teniendo esperanzas,
sueños, para las próximas fiestas
poder sentirse iluminados . . .
Y la mesa vacía , grande , esté
sin tantas sillas vacías.

Grisel Vidales .
18/12/07