
en un verso perdido.
En su tierno regazo
la embelesa una foto.

¿Cómo pueden los años
mantener siempre vivos
esos bellos recuerdos
que acarician su rostro?

En su cien, blanca nieve
se desliza a los hombros.
Sin embargo ella ve
el azul azabache
que da brillo al entorno.

Y se lleva las manos
arrugadas, muy suaves
para oler la fragancia
que dejó los azahares.

Mientras duerme, sonríe,
el amor es eterno
y han podido encontrarse.