
Quemas, vida,
por ese afán que tienes de encontrarme,
sagrado amor posees al mirarme,
y eras mía.
No mentías
lo que no quise creer que me dijiste
por toda la fe que tú me concediste,
y me iba.
Me querías,
no pude darme cuenta de tu amor sincero,
ahora es que te busco y no te veo,
noche y día.
No sabía
que al fin enamorado locamente
de tí es que nunca fuí consciente,
y te dolía.
Te perdía,
y sin embargo te dejé ir sin darme cuenta,
de nada vale el amor que ahora yo sienta,
si ya no miras...