se abrieron tus ojitos y luego bostezaste,
te llevé el desayuno para que lo degustes,
y un beso cariñoso y suave me entregaste.
Te dije con ternura que así quiero tenerte
después que muy juntitos pasamos nuestra noche,
me dijiste dichosa que supe complacerte,
que siempre serás mía sin miedo y sin reproche.
En esa nuestra noche hicimos muchas cosas
con nuestras cuatro manos que todo acariciaban,
mis labios se portaban como las mariposas
porque en todo tu cuerpo muy suave se posaban.
Ardieron tus deseos, tu cuerpo me entregaste
y con fina ternura empecé a poseerte,
saciamos nuestras ganas, satisfecha quedaste,
por eso es que te digo que así quiero tenerte.
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Mariano Bequer.
Maracaibo, 01/09/06