Con nuestro escribir alegre de aquel
Que sólo escribe letras robadas,
Esperando a que un día sean soñadas.
Y con ese sentir profundo yo te digo,
Que eres esa causa por la que vivo.
Siendo el pensar nada extraño en el futuro
Teniendo en el destino, ese día
En el que tu boca diga un te quiero seguro.
Pero por más que te escribo ella no siente...
Con esa mirada dices tanto al callar,
Dandome alas para no perderte jamás.
Será el aullido de un pensador creyente
En que los sueños son sueños por algo se sienten,
Y tu eres aquello por lo que sueño y duermo
Aquello por lo aquel día dejé de leer cuentos.
Siendo un principio nada esperado,
¿Quién diría que aquella niña
Con una sonrisa me dejó enamorado?
Pero existe algo que no me deja ser yo mismo,
Por qué cuando uno está enamorado está ciego
Con un antifaz negro camino mientras vivo
Cerca de ti, mirandote sin ojos, con optimismo.
Pero este poeta no aprende del error,
Que enanomarse de esa niña sólo le crea dolor.
No por amor, no por esperanza ni rencor,
Sino por que en esa princesa, yo no veo el amor.