no quiero saber de ti,
porque ya dejé en olvido
aquel día en que te ví.
Voy feliz por mi camino
y las piedras que encontré
las he movido con tino
y al instante me alejé.
No deseo nunca verte,
ya ni sé lo que pasó,
tal vez muy pronto la muerte
me acompañe...¡Qué sé yo!
Por el camino he dejado
la razón de mi existir,
las tristezas del pasado
no serán mi porvenir.
Vivo sólo por el mundo,
anhelando lo mejor
que desea un trotamundo
soportando el cruel dolor.
El dolor que me has causado
hoy lo quieres reparar.
Ya olvidé lo que ha pasado...
no me vuelvas a buscar.
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Mariano Bequer.
Maracaibo, 13/04/09