NIÑA.
Publicado: Mié Jun 24, 2009 02:25
NIÑA.
Yace tu cuerpo tendido en placentero sueño,
labios carnosos que dibujan picaresca sonrisa,
palpitaciones de novel corazón a su mozo dueño;
Inocentes ilusiones de un amor a primera vista.
Virginal pectoral que agita emocionales ansias,
elevando incipientes frutos de limonero en flor.
Apetecido néctar que sugestivo envía sus fragancias,
invitando a degustar de tu fruto las mieles del amor.
Ese encarnado rubor que ha cubierto tu faz,
delata indiscreto tus insatisfechos deseos.
Delirio del primo beso que has dejado robar,
prendido hoy en tu mente por el Eros de Morfeo.
Anheladas caricias que aún recorren tu piel,
labios que se abren a la espera de su boca.
Tendida en ese lecho tu imaginario vergel,
dispuesta a sublime entrega entre mar y roca.
Vive la fuerza del amor en tu inocente interior,
pureza de sentimiento que la ingenuidad anida.
Aprenderás que la bella rosa es fruto de dolor,
Cuándo ya marchita y desechada clava su espina.
Duerme Niña, yo se de tu inocente pulcritud,
sueña con ese amor que desvela tu pensamiento.
Ofrenda ese corazón palpitante de juventud:
Mantén encendida la flama. Es tuyo el momento.
Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Cincinnati, Ohio Junio 23 del 2009.
Yace tu cuerpo tendido en placentero sueño,
labios carnosos que dibujan picaresca sonrisa,
palpitaciones de novel corazón a su mozo dueño;
Inocentes ilusiones de un amor a primera vista.
Virginal pectoral que agita emocionales ansias,
elevando incipientes frutos de limonero en flor.
Apetecido néctar que sugestivo envía sus fragancias,
invitando a degustar de tu fruto las mieles del amor.
Ese encarnado rubor que ha cubierto tu faz,
delata indiscreto tus insatisfechos deseos.
Delirio del primo beso que has dejado robar,
prendido hoy en tu mente por el Eros de Morfeo.
Anheladas caricias que aún recorren tu piel,
labios que se abren a la espera de su boca.
Tendida en ese lecho tu imaginario vergel,
dispuesta a sublime entrega entre mar y roca.
Vive la fuerza del amor en tu inocente interior,
pureza de sentimiento que la ingenuidad anida.
Aprenderás que la bella rosa es fruto de dolor,
Cuándo ya marchita y desechada clava su espina.
Duerme Niña, yo se de tu inocente pulcritud,
sueña con ese amor que desvela tu pensamiento.
Ofrenda ese corazón palpitante de juventud:
Mantén encendida la flama. Es tuyo el momento.
Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Cincinnati, Ohio Junio 23 del 2009.