pretendo descifrar
las claves de la luz y de las sombras,
los misterios del alma que levita
en alas de la niebla,
secretos del abismo inmensurable
donde anida el silencio y el rencor...
¡Tengo ansias de saber!
Mas, qué difícil es esta tarea.
Cuando la luz se esconde tras las sombras,
cuando a la noche sigue la tristeza
de un día sin aurora,
en que la lluvia enloda los caminos
borrando las señales que alimentan
la fe en el porvenir.
Tratar de poner orden en el caos,
cuando la mente boga
sin viento que la guíe, a la deriva,
entre las turbias aguas de lo ignoto,
es misión imposible, pero yo...
¡Tengo ansias de saber!
Penetrar el envés de la materia,
entrar en la partida sombra de la noche,
lograr adivinar lo inescrutable
y transmutar en oro la conciencia
macerando pasiones inconcretas,
hasta reconvertirlas
en bálsamos que alivien las entrañas,
son los sueños utópicos
de mente enfebrecida por saber
la trascendencia de esta incierta vida,
por conocer su origen y destino,
por discernir la esencia de ese Eterno
que, tan paciente, aguarda
el momento del tránsito sublime...
¡Tengo ansias de saber!