una dulce sombra se traza en el suelo
muñecas de barro que se hicieron polvo
dos cuerpos pequeños con risas perennes
parecía que nunca se iban a esfumar.
miradas traviesas llenas de inocencia
sueños de princesas de cuentos de hadas
en un mundo falto de amor y esperanza
lleno de dinero,pobreza y dolor.
aquellas chiquillas bailaban felices,
no pertenecían a esta realidad
bailaban sus vestidos al ritmo del viento
y daban color a la tierra muerta.
las niñas crecieron y ahora son más bellas,
son cisnes cubiertos de un extraño don,
pero a veces sus ojos también se entristecen,
porque quieren volver de nuevo al ayer.
ya fueron conscientes de esta vida injusta,
también descubrieron la fuerza de amar,
quizás ellas sepan mostrársela a todos
y el mundo se vuelva un poco mejor.
fuimos un día esas dos muchachas
niños que no saben más de lo que tienen,
una vida llena de juegos y risas,
sin prisas y con ganas de ser siempre niños.