02/11/2009
Ocupé el sillón vacío
en la mesa del Café Central
leyendo el periódico matinal
tomando mi desayuno habitual
té hierbabuena y tostad de trigo
de una mirada no intencionada
observé un gorrión mi miraba
moviendo su cuello de abajo arriba
con hocico capto una miga de pan
en lo alto volando, subió con ella
a la vieja azotea del Hotel España
donde anidaba desde largo tiempo
esta su nido donde salio del huevo
hoy es lugar de sus cuatro pollitos
cuando dio alimento a sus pajaritos
volvió al mediato a ese mismo sitio
la misma silla vacante de la mesa
esta vez moviendo su gris rabadilla
su mirada hampa fijada en mi rostro
noto solo soy un infeliz vagabundo
susurro en mi oído con su idioma
le responde en silencio con la mía
al notar al camarero venir a cobrar
el precio de lo que yo he tomado
a la fuente de la plaza de España
con mucha alegría fue volando
después volvió con un pez pequeñito
entre su hocico de su amarilla boquita
tomando el mismo lugar sobre la silla
se descanso junto a mi un cierto tiempo
después a su nido retornando volando
para dar comida a sus cuatro polluelos
lo curioso de este gorrión amiguito
me esperaba en cada madrugada
en la misma mesa del Café Central.
Narre lo que me paso a un veterano
ilustrado larachense muy amigo
me respondió con sinceridad diciendo
“ cada gorrión de la Plaza de España
Se cobija en su alma un deseo
de un larachense fallecido
en el otro mundo espera ser cumplido”
por eso a cada gorrión de mi Larache
desde hoy tanto le amo y le respeto
ya somos dos larachenses muy amigos
yo y el gorrión del Café Central.
AUTOR : MUSTAFA BOUHSINA