
No te marchaste de mi vida… aun me duelen aquellas heridas que de niños nos causábamos por jugar en los arboles todo el día. No te marchaste de mi vida… debe ser todo un sueño, una utopía como aquellos cuentos que sabias inventar.
Aun tengo aquellos juguetes… aquellos momentos, cada lagrima y cada riza que pasábamos en aquellas tardes… aun mi me memoria cree que viva te encuentras y aunque mi corazón se parte en mil pedazos, y mis ojos se inunden en las lagrimas… sé que no es verdad.
Me muerdo los labios durante el día… ver cada rincón donde solíamos jugar, hace que tenga ganas de quemar todos los recuerdos, hace tener ganas de acabar con todo… las lagrimas me traicionan y quieren salir de cualquier manera, hasta me inventan que a mi lado estas.
Cuando llega la noche… se desata mi alma, el nudo de la garganta parece que va a explotar… porque, porque te tuviste que marchar… prometimos escalar muchos árboles mas… prometimos jugar cada mañana un nuevo juego.
Rompiste tu promesa, me dejaste abandonado… que clase de amiga eres si me dejaste a un costado… no me dijiste que te marchabas no te mereces ni una lagrima, pasaste a ser de mi vida nada… eso me tengo que convencer cada mañana.
Las lagrimas me están deshidratando… porque tuviste que separarte de mi lado… dijiste tantas cosas buenas, que aunque soy niño te las creí… llegaríamos juntos hasta el fin! Pero nada, aun me tortura lo de aquella noche.
Cuando me dijiste que me vuelva a mi casa… como si hubieses planeado todo, me dijiste que me marche a mi casa y no me dejaste acompañar a la tuya… no me puedo olvidar de aquella noche, cuando de mi cama se escucho un tiro… un grito pasa por mi ventana.
Ese hombre… se llevo todo nuestros juegos, ese tipo… ladrón de sueños, de mes de llevarse el dinero… se llevo cada una de tus lagrimas. Porque! Me dijiste que me vaya, porque! Hoy me encuentro llorándole a mi almudada!.
Porque, este dolor no se marcha… porque! Si los juguetes hoy no sirven para nada.